Etiquetado de eficiencia energética de electrodomésticos.
Las Resolución 319/99 de la ex Secretaría de Industria, Comercio y Minería de la Nación, y la Resolución Nº 35/05 de la ex Secretaría de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía y Producción, conforman el marco normativo de la etiqueta energética, cuyo fin es informar al consumidor la eficiencia energética de un electrodoméstico.
Dicha etiqueta se divide en dos partes: la primera, hace referencia a la marca y clase de eficiencia del electrodoméstico; y la segunda, depende de la funcionalidad de cada aparato, estas dos secciones varían dependiendo del electrodoméstico. Los datos de la etiqueta energética se basan en ensayos determinados por las normas internacionales, y las normas IRAM, a fines de establecer una comparación entre los diferentes equipos, el consumo de energía y las capacidades.
El etiquetado de artefactos eléctricos es obligatorio en:
- chevron_rightAparatos de refrigeración doméstica, es decir, heladeras.
- chevron_rightLámparas eléctricas para iluminación en general ya sean lámparas incandescentes o lámparas fluorescentes.
- chevron_rightAcondicionadores de aire.
El etiquetado de artefactos eléctricos es voluntario en:
- chevron_rightLavarropas.
- chevron_rightMotores trifásicos.
En los artefactos a gas como los anafes, hornos y calefacciones para edificios la etiqueta es voluntaria.
La etiqueta de eficiencia energética mejora la racionalidad del consumidor a la hora de adquirir un nuevo electrodoméstico, le facilita identificar los aparatos más eficientes que le permitirán ahorrar dinero al disminuir el gasto en energía eléctrica.
Además también pueden proporcionar información referente a los volúmenes útiles para alimentos frescos y congelados, la clasificación por estrellas del compartimiento de alimentos congelados, la clase climática y el nivel de ruido.
¿Qué otros beneficios aporta el etiquetado?
El uso eficiente de la energía ofrece ventajas ambientales y permite ahorros económicos.
- chevron_rightPromueve entre los fabricantes un esfuerzo tecnológico por alcanzar mejores niveles de competitividad, a la vez que facilita la inserción de productos en el ámbito internacional donde las etiquetas son reconocidas.
- chevron_rightAl reducir la demanda de electricidad minimiza la emisión de gases con efecto invernadero, frenando el calentamiento global y el cambio climático.
- chevron_rightMitiga también los problemas asociados a la generación, postergando la necesidad de inversiones en nuevas centrales y líneas de transmisión, prolongando la duración de la reserva de recursos no renovables o disminuyendo el impacto ambiental causado por la alteración de ecosistemas en la construcción de centrales hidroeléctricas.
Un ejemplo
Al mirar la etiqueta, siempre dependiendo del producto, pueden observarse siete clases de eficiencia, las cuales se categorizan por medio de letras y colores:
- chevron_rightColor verde y la clase A, para los equipos más eficientes. Es el punto de óptima eficiencia del aparato.
- chevron_rightEl color rojo y la clase G, para los equipos menos eficientes. Estos últimos, pueden llegar a consumir, el triple de energía que los equipos de clase A. Contrariamente, algunos modelos resultan más caros, pero en el largo plazo, ahorran más energía.